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Lunes, 09 Diciembre 2019 16:55

AMPLIA Crítica de la serie MYTHO (Netflix). ¡¡Sobresaliente serie francesa que da mucho que pensar!!

Escrito por  Publicado en Críticas Series 2023-2024

DEL DICHO AL HECHO HAY UN BUEN... MYTHO

Elvira (Marina Hands) es la protagonista de esta pequeña joya del país vecino que nos trae Netflix. Una original de Neflix que es original de verdad.

Madre de 3 hijos y mujer de un adulto que se quedó en la pubertad, Elvira se ve cada vez más sobrepasada por las constantes demandas de atención que le requiere su familia en detrimento de su propia vida en la que en vez de ser protagonista ejerce el papel de secundaria. Encaja a la perfección en el modelo de mujer que la sociedad impone: prioriza las necesidades de los demás a las suyas y es el pilar fundamental de una familia a pesar de pasar desapercibida, se ocupa de todo lo básico y primordial para el buen funcionamiento de un sistema y lo hace a la sombra del brillo de su marido e hijos cuyas necesidades son violentas y caprichosas y ante las cuales Elvira ha sucumbido siempre ante la urgencia y deseperación de los reclamos. Callada y en la clandestina invisibilidad que su papel le depara, va tirando sin pena ni gloria en la única vida que le ha sido concedida, en el único tiempo que se le ha otorgado. Vive por y para los demás sin ella ser absolutamente nada ni nadie, sólo Elvira la madre/criada al servicio de aquel que necesite algo.

Su marido o pareja Patrick (Mathieu Demy) es un fotógrafo de medio pelo con ínfulas de gran creador. Con un ego que enmascara la conciencia de la realidad que supone ser uno más del montón, se embarca en una aventura que su mujer descubrirá. Sin decir nada amortiguará el peso de la crudeza de los hechos y, como siempre, Elvira seguirá sufriendo su vida en silencio. La miseria y soledad que siente por la total indiferencia y transparencia con la que la tratan sus "seres queridos" la llevan a desarrollar unos nódulos protuberantes en las mamas. Ante la posibilidad de una tumoración maligna, la situación de Elvira cambia del día a la mañana. La eventualidad de padecer un cáncer será el punto de inflexión que repartirá el peso de las obligaciones entre todos. La enfermedad como liberación, como mentira, como la gran salvadora y la única ocasión de renacer. Elvira, ya sin escrúpulos, tomará cuanto se le ofrece para salir del atolladero del que ella misma fue responsable. ¿Hay que llegar a estos extremos para darse cuenta de que la vida no es una broma? ¿Hay que bordear los límites de la existencia para llegar a ENTENDER que todas nuestras acciones importan y que todo cuanto se haga nos va conduciendo hacia un camino particular que a largo plazo nos hará prisioneros de nosotros mismos? ¿Realmente es necesario rozar la muerte para captar la esencia de la vida? ¿Estamos verdaderamente TAN EVOLUCIONADOS como nos quieren hacer creer? Porque lo único que vemos nosotros son niveles paleolíticos de evolución emocional.

Elvira: una gran mentira de base que nos llevará a desentrañar verdades mucho más profundas sobre la identidad real del personaje...


La mayor de los hijos es Carole (Marie Drion) una adolescente rebelde y maleducada (ya puntualizamos en su día que nada tienen que ver la rebeldía y la mala educación) a la que nada interesa a parte de sí misma y hacer el idiota con sus amigos de instituto: beber, fumar y holgazanear son las actividades principales de esta juventud anonadada consigo misma. ¿Cómo se llega a los extremos de Carole? ¿Qué factores hacen derivar a un ser humano hacia el "nada importa"? ¿Negligencia familiar? ¿La sobreprotección que consiste en excusarlo todo y no mostrar que todo acto conlleva una responsabilidad? ¿La falta de toma de consciencia sobre la importancia de un buen presente para un mejor futuro?
Los terribles resultados en clase y el comportamiento abusivo harán que la dirección de la escuela se plantee su expulsión. A Elvira le tocará arreglar el desaguisado, como siempre. ¿Aceptará Elvira la expulsión de su hija o seguirá protegiéndola de la verdad?

El mediano es Sam (Jeremy Gillet), no sabemos si de Samuel o de Samantha porque Sam es chico que quería ser chica. Su familia y compañeros de escuela parecen haber aceptado sin mayor problema su condición. A Sam le llega un alumno de intercambio alemán del cual está enamorad@ y tendrá que enseñarle la calculadora que lleva escondida debajo de la falda. Lo que empieza con una mentira desencadena un bola de nieve que se va haciendo cada vez mayor hasta que la inercia que toma es tan grande que sólo el choque frontal que lo haga estallar todo en mil pedazos logrará parar la sucesión de acontecimientos. Por cada ladrillo que se añade a los fundamentos basados sobre la falacia, aumenta el peso de la estructura que tan sólo puede terminar por derrumbarse. Tarde o temprano los mitos acaban cayendo y el grado de gravedad de las consecuencias será tan espinoso como el tiempo y la estructura que se haya construido. ¿Por qué razón se empieza a mentir? ¿Miedo a afrontar la realidad? ¿Miedo a perder algo que nunca se tuvo y que se puede llegar a poseer a través de una mentira?¿Con qué objetivo pues al final resultará en pérdida? ¿El disfrute momentaneo? ¿No es acaso un acto de egoísmo dicho instante de sabor amargo? 
Naturalmente tras descubrir que Sam es ÉL y no ELLA, sobrevienen los resultados de la mentira/omisión perpetrada por el niño y, como no podría ser de otro modo, Elvira deberá lidiar con las consecuencias.

La más pequeña de los hijos es Virginie, la única que parece tener y ser persona de profunda conciencia de todo cuanto la rodea a pesar de su corta edad. ¿Será que los niños tienen mayor capacidad de comprensión que los adultos? ¿Será que ellos todavía no se han encerrado en sus cavilaciones porque no tienen precisamente conciencia de los problemas externos? ¿Será el poco contacto con la realidad cotidiana lo que los preserva de caer ellos mismos en el modo de funcionamiento automático que parecen haber adoptado los adultos?

Un trabajo que mata bajo las órdenes de un jefe que es un auténtico desgraciado y está orgulloso de serlo. El mundo laboral en el que hay que olvidar la dignidad propia antes de entrar, en el que la humillación y sometimiendo son las constantes y que vienen a apoyar la falta de vitalidad, la aceptación de que las cosas tienen que ser así. Que tragamos con cualquier cosa porque tenemos 4 bocas que alimentar, una hipoteca que pagar, porque nosotros lo quisimos así. ¿Por qué? ¿Por qué estas elecciones supuestamente libres nos hacen prisioneros con el tiempo? ¿Por qué lo que empieza como un gran jolgorio termina en ruina personal, tristeza y abandono de uno mismo? Los años matan, la vida mata y las obligaciones fulminan y es muy probable que la falta de motivos para seguir luchando sea la razón principal por la que uno se abandona en brazos de la muerte. 

Todas las cuestiones suscitadas por MYTHO son de gran interés y riqueza que nada nos descubren sino que vienen a apoyar y sedimentar lo que a lo largo de los años hemos tenido ocasión de observar y trabajar. A pesar de los múltiples errores que seguimos cometiendo a diario, nunca está de más ser conscientes de los mismos para, poco a poco, reconocer los patrones de nuestro propio funcionamiento mental y finalmente, con trabajo y tenacidad, llegar a romper nuestros propios moldes mentales y sobrepasar nuestros límites y capacidades, o aquello que nosotros consideramos que lo son pues en realidad, los bordes no los dibujamos nosotros sino la realidad de la que nos envolvemos.