Repleta de elementos ya vistos en otras series, pero cuya combinación acaba siendo sorprendente.
Estrenada el 15 de enero de 2017, la primera temporada de la producción sueca se emitió por la SVT (Sveriges Television). La segunda temporada llegó el pasado año y cuenta con 8 episodios mientras que la primera se compone de 10.
Hanna (Marie Richardson), una inspectora de policía de la unidad de delitos financieros del departamento de policía de Estocolmo queda involucrada, tras la desaparición de su colega y amante Sven (Johan Hedenberg) en una investigación que enfrenta una de las familias más poderosas de Suecia, los Mimicas, con 2 bandas de moteros rivales. Sven deja tras de sí una investigación encubierta de la que nadie es conocedor. Hanna y su colega Björn (Magnus Krepper) tendrán varios frentes abiertos cuyo centro neurálgico conducirá a un mismo destino.
Hanna es una oficial ruda con altos principios morales. Tanto es así que ordenó una redada que terminó con el arresto de su propio hijo por tráfico de drogas. Christian "Chipen" (Adam Pålsson, al que ya vimos en la tercera temporada de "Bron/Broen" como Emil Larsson) cumplió dos años de cárcel gracias a su propia madre. Durante esos dos años conoció a Stefan (Peshang Rad), el prometido de Blanka Mimicas (Sandra Redlaff).
Esa amistad será clave para el desarrollo de la serie... y no contamos más...
CRÍTICA DE LA SERIE INNAN VI DOR - CEC SERIES
La sueca rompe los esquemas de los espectadores. Es previsible pero no de la manera que uno espera. Es una historia que ya hemos visto pero con un enfoque totalmente diferente. Es anormalmente normal. Sin pena ni gloria parece desfilar por la pantalla pero el público se queda al final de cada capítulo con un enganche demencial.
Los guionistas han sabido gestionar los tempos maravillosamente, no hay sensación de repetición más que en la segunda redada ordenada por Hanna. El resultado es totalmente diferente, la reacción de aquellos que la rodean cambia por completo.
Hay una serie de casillas debidamente cumplimentadas como en toda serie. La complicada situación familiar de Christian y Hanna así como la tensión que se respira entre madre e hijo es el ingrediente que no puede faltar. Hanna está liada con su colega que, a su vez, está siendo infiel a su esposa. Justicia y crimen tienen sus infiltrados, drogas, sexo, violencia se conjugan en un apasionante torbellino visto en una infinidad de ocasiones y a la vez totalmente inesperado. Como ya pasó con "Pagan Peak", los elementos estudiados por separado no aportan novedad alguna. Sin embargo, su conjunción conforma un panorama sorprendente.
Hanna es el personaje cuya vida personal entra en colisión con su vida profesional y la pone en la disyuntiva de elegir entre su hijo y su trabajo. Hanna, congruentemente, escoge en función de su ética y no de sus sentimientos. Aplaudimos sus decisiones pero también le recriminamos otras igual que censuramos ciertas maneras de proceder.
Christian, por otra parte es un carácter que nos encanta por lo mismo que su madre. Glorioso y a la vez reprensible. Blanco y luminoso a la par que cavernoso e impulsivo. Un ser humano corriente nada común. A pesar de su pasado (todos hemos sido jóvenes en algún momento) y de sus múltiples equivocaciones, Christian provoca admiración sin ser precisamente admirable.
Asimismo Björn se tiñe de claroscuros y nos provoca simpatía y desconfianza. Stefan destila estupidez pero incluso dentro de su simpleza logra cautivar al público y el despiadado Devor descubre sus flaquezas ante la cámara como mortal endiosado y capo supremo de los Mimicas.
"Innan Vi Dör" es por la parte estructural creíble y por la parte narrativa verosímil. Una historia no sólo entretenida sino bien entretejida sin huecos aparentes de guión. Hecha a conciencia, cuidando de los detalles con multitud y variaciones de plano que ora nos sumergen en la psique de los personajes, ora nos ofrecen una visión general de la situación.
Una mezcla perfectamente equilibrada de acción, diálogo que la hacen no sólo interesante sino muy recomendable. Esos toques nórdicos desprovistos de aspavientos. La sencillez y arte del saber hacer las cosas bien, el minimalismo expresivo y el sentimentalismo de secano hace de "Innan Vi Dör" una gran serie de ficción por la que valdría la pena apostar.
